Maratón del Arnostegi

Seguimos con la preparación de la Subida al Veleta y, como en casa es imposible encontrar nada que se le acerque un poco, nos vamos a Pirineos con idea de hacer una subida cercana a los veinte kilómetros ininterrumpidos y que supere con creces los mil metros de desnivel. Con esas premisas, gracias también a su gran belleza, una circular a Arnostegi es el recorrido elegido.

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Maratón del Arnostegi St. Jean 45 km 1300 m+ IR


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Salimos de Donibane Garazi (Saint Jean de Pied de Port) pasadas las 11:00 de la mañana. Hemos visto que coincidimos en fecha con la Irati Xtrem y no es plan de mezclarse con la marcha cicloturista en la bajada de Azpegi. Así tampoco tenemos que madrugar mucho y viajamos más tranquilos.


Tomamos la vía del Camino de Santiago, a mi parecer la vertiente más bonita del Arnostegi. Empezamos con una rampa muy fuerte pero luego la cosa se vuelve algo más suave hasta llegar al tercer kilómetro.


Enseguida tenemos unas vistas preciosas del valle del Nive. Iparralde es uno de esos lugares en el que el verde deslumbra.


Llegamos a la parte más dura de toda la subida, donde las rampas se mantienen más constantes por encima del 10-15% y con kilómetros enteros por encima de la doble cifra. Estamos teniendo mucha suerte porque el sol sale solamente a ratos y la temperatura es muy llevadera. Cuando pega, vemos que esto podría ser mucho más duro con su presencia permanente.


Vamos ladeando por un entorno maravilloso. La frondosidad de los montes que rodean Arnéguy es exquisita. Para entretenernos, nos vamos fijando en las subidas que nos quedan hacia esa parte. Se ven perfectamente las rampas de Munhoa y las últimas del algo más lejano Izpegi, ya en el valle posterior.


En esta primera parte, al haber salido algo tarde, solo adelantamos a un par de peregrinos. Llegamos a un mirador con una mesa de interpretación en la que sorprende la presencia de unas zapatillas abandonadas.


Pasando el kilómetro siete se disfruta de un descanso considerable, con un tramo llano y descendente hasta llegar al refugio de Orisson. Estamos aquí casi sin despeinarnos fruto de un paisaje espectacular.


Tras este buen descansillo, retomamos la subida por rampas cercanas siempre al 10% y empezamos a tener contacto más seguido con algunos peregrinos a los que vamos adelantando. A nosotros nos da mucha moral ver que vamos mucho mejor que ellos, con esas mochilas que deben pesar un horror.


De media subida para arriba, se nubla bastante. Nos acercamos a la bifurcación de Beillurti con alguna nube negra amenazante.


Casi todos los peregrinos que nos vamos encontrando son chicas solas o en parejas. Nos miran asombradas de que subamos corriendo. Vamos acumulando desnivel y ya nos acercamos a los mil metros.


Llegamos a la bifurcación que lleva a Arnéguy y el sol nos vuelve a hacer un guiño. Volvemos a pensar en la gran suerte que estamos teniendo. Si hubiera hecho el calor que anunciaban, habríamos sufrido muchísimo.


Las pendientes fuertes cesan a partir de este momento pero los kilómetros acumulados corriendo sin parar pasan a ser el problema. Ya vamos más de diez y las piernas lo notan.


Dejamos atrás el desvío por el que se meten los peregrinos, que abandonan la pista asfaltada para transitar por senderos, y seguimos por un terreno mucho más cómodo, en el que solo un par de repechos interrumpen un trote ligero por el falso llano.


Tenemos el collado de Arnostegi a menos de un kilómetro y decidimos parar para hacer el avituallamiento protegidos del aire, ya que en la cima sopla con ganas.


Un sandwich, una cocacola, ..., y en menos de diez minutos nos volvemos a poner en marcha para no quedarnos fríos. Coronamos el Arnostegi con muy buenas sensaciones. Nuestro estado de forma es muy bueno.


Llevamos 18km de ascenso ininterrumpido, que es a lo que hemos venido, y ahora damos paso a una larga bajada. El primer kilómetro rodeando el monte Urkulu es un poco molesto, con un fuerte viento de cara.


Parece que las nubes nos van a abandonar en esta bajada. Se están acumulando en las cumbres pero parece estar despejado en el valle. Cumplimos el medio maratón con un ánimo por los topes.


Nos metemos en una zona arbolada, donde nos espera un pequeño tramo de subida que interrumpe el descenso tan bueno que llevábamos. Es menos de un kilómetro pero que cuesta. En bici se hace con la inercia pero corriendo hay que darle igualmente.


Superamos este repecho y ya vemos el collado de Azpegi frente a nosotros. Por ahí es por donde pasaba la Irati Xtrem pero le hemos dado margen suficiente como para no coincidir.


El pico Errozate destaca sobremanera en el nuevo valle que avistamos, con una ladera escarpada impresionante. Las ovejas campan a sus anchas sobre un manjar para ellas. Aquí se ponen moradas.


El descenso es rapidísimo. Esta vertiente del Arnostegi nos lleva a Estèrençubi sin volver a encontrarnos ningún repecho. Unos marcadores kilométricos pintados en el suelo siguen nuestro mismo kilometraje y nos sirven de ayuda para coger ritmo.


Volamos en este terreno. Los kilómetros pasan rápidos en una pendiente muy cómoda en la que solamente nos tenemos que dejar ir, sin necesidad de andar frenando.


En el km.30 decidimos hacer una pequeña pausa para avituallarnos, aunque apenas paramos un minuto porque una cocacola fresquita nos espera al llegar al río, en uno de los numerosos restaurantes de la zona.


La cocacola ha entrado de maravilla. Terminado este largo tramo de descenso continuado, ahora solo nos faltan una decena de kilómetros que se pueden hacer más duros porque en el fondo del valle hace bastante bochorno.


En efecto, esta parte es la más dura de todas. Hace calor y llevamos el agua en un estado en el que resulta complicado ir bebiendo. Además, los kilómetros empiezan a pesar bastante.


Dejamos atrás Esterenzubi y Saint Michel, donde no vemos ninguna fuente. Este es uno de los grandes problemas de Iparralde y siempre hace más duras las rutas por esta zona.


Ya llegando a Donibane Garazi, un par de repechines nos hacen ver que ya hace un buen rato que hemos superado la distancia del maratón. A pesar del cansancio, estamos muy satisfechos de lo hecho.


Llegamos al coche con 45km y 1.300 metros de desnivel positivo acumulado pero solo nos importa tirarnos a las bebidas frías que guardamos en la nevera. El final ha sido duro pero tenemos que dar gracias a que el día ha estado nublado y no se ha hecho más duro aún de lo que ya era.

Satisfacción, esa es la palabra que resume la jornada. Ahora solo queda dar un pasito más en la preparación con la subida corriendo al Pic du Midi, acercándonos mucho al desnivel del Veleta en solo 25km de ascensión. ¡El Tourmalet nos espera!

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4 Comentarios

  1. Pero que faena me has hecho...yo ya no salgo por aqui...si no es por Iparralde... no salgo a correr!!!!!jajajaja....
    Sin ninguna duda la ruta mas guapa que he hecho en mi vida!!!! espectacular!!!!...

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  2. Es lo malo que tiene moverse por estos sitios, que luego cualquiera sale por el paseo. Pero bueno, hay que ir entrenados y esa es la motivación ... ¡Regresar!

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  3. Menuda barbaridad, hacerse eso corriendo...¡enhorabuena! Yo estuve por allí la semana pasada (con la bici) y tenemos alguna foto igual.
    Un saludo.

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    Respuestas
    1. Muchas gracias. Es lo que toca cuando te inscribes a una locura como la del Veleta, que es muy difícil prepararlo.

      Rutones te marcas. ;-)

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